2012/01/05

Bildu Zalla llama a manifestarse el sábado 7 de enero por los derechos de los presos


Este próximo sábado se celebrará en Bilbo la manifestación convocada por la iniciativa “Egin dezagun bidea” para exigir el fin de la actual política de dispersión y en defensa de los derechos de presos y presas políticos vascos. Por ello, en primer lugar, desde Bildu queremos renovar nuestro llamamiento a la sociedad vasca para que acuda masivamente a Bilbao y respalde así la reivindicación del traslado de todos los presos y presas a Euskal Herria.

En una anterior comparecencia celebrada en Donostia ya anunciábamos la intención de Bildu de promover una moción en los ayuntamientos en torno a cinco puntos fundamentales:

- Fin de la dispersión y de la actual política penitenciaria
- Libertad para quienes hayan cumplido 3/4 partes de la condena
- Libertad para presos con enfermedades graves
- Libertad para presos preventivos en espera de juicio
- Fin de la llamada “doctrina Parot”

En este breve tiempo la moción ha sido debatida en numerosos municipios y el resultado hasta ahora es el apoyo recabado en más de 100 ayuntamientos del conjunto de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

No asi en Zalla donde fue rechazada en el pleno del 4 de enero con el voto en contra de PNV y PSE y la abstencion de ZALLA BAI . Ya entraremos a valorar las explicaciones ofrecidas para la justificacion de ese voto.

Nuestra valoración es aun más positiva por el alcance y la importancia del apoyo que la reivindicación del fin de la dispersión y la exigencia de cambios en la política penitenciaria está recabando en todos los ámbitos de la sociedad, apoyo recibido entre personas y colectivos de diferente espectro ideológico, superando los límites marcados por intereses de partido en el ámbito institucional.

Desde Bildu queremos situar a la sociedad vasca ante un futuro esperanzador, con la ilusión, pero también con el realismo, del nuevo escenario abierto en Euskal Herria. Un escenario que nace ahora pero que hay que desarrollar y consolidar a futuro con el objetivo de recorrer el camino hacia una paz y una democracia reales. El diálogo y los acuerdos y resoluciones adoptados en los últimos meses en distintos ámbitos muestran que el camino iniciado puede llevar a una solución duradera.

Es hora de actuar con responsabilidad para superar la etapa de violencia, represión y sufrimiento y ello conlleva, entre otras cuestiones, la vuelta a casa de las personas encarceladas y huidas y la superación de las razones que provocan el conflicto que vive Euskal Herria. No puede haber escenario de paz y democracia sin ese paso. Es un obstáculo frontal para el proceso de solución. No se puede olvidar que el fundamento y las consecuencias del conflicto siguen ahí. Como se afirma en el manifiesto elaborado para la manifestación del sábado “la política penitenciaria debe situarse en claves de resolución democrática”.

Desde las cárceles los propios presos y presas han evidenciado su disposición para aportar en positivo a la superación del conflicto y la consecución de una solución democrática, con pasos prácticos como la solicitud colectiva de traslado a cárceles vascas y el acceso a los beneficios penitenciarios que les corresponden.

La política penitenciaria ha sido, y es todavía, un instrumento orientado a la utilización y manipulación política y humana de las personas encarceladas. Una política de excepción que ha provocado durante más de veinte años un problema de dimensión humana y social en la medida que ha afectado a miles de personas y a varias generaciones de manera directa o indirecta.

Como estrategia política, fue diseñada y calculada para culpabilizar a las propias personas encarceladas de su situación, eximiendo así al estado de su responsabilidad directa en los efectos de medidas a menudo crueles. Prácticas que han sido denunciadas una y otra vez por organismos internacionales que trabajan en el ámbito de los derechos humanos.

Una reivindicación que tiene la legitimidad que le ofrece un respaldo social mayoritario demostrado una y otra vez y que va a quedar nuevamente en evidencia en la masiva manifestación del sábado que ha recabado en poco tiempo y sin grandes apoyos mediáticos miles de adhesiones individuales y colectivas. Ya no basta con la crítica o la denuncia. Hay que activar a la sociedad en una interpelación permanente, reclamando el protagonismo y la capacidad de decisión que le corresponde.

La solución debe ser política y colectiva, porque esa es la naturaleza del conflicto y de sus consecuencias. Un proceso gradual pero sin pausa, desarrollado día a día y rincón a rincón de Euskal Herria, desde la sociedad y para la sociedad. Es nuestra responsabilidad actual que las generaciones venideras no hereden un problema sin solucionar.




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